Soy Blade, el ave fenix mitológico de Egipto, el alma del mismisimo Dios Ra, el autocreador de la llama que nunca cede. Han pasado 12.594 años desde que nací en Heliópolis (la ciudad del Sol) y se acerca el final de mi ciclo vital.
Vuelo hacia al lugar donde nací, para morir una vez más.. Como Salmón que cruza el río contra corriente para llegar a su lecho de muerte, hago el último esfuerzo para cruzar el mundo y asombrar con mi presencia, como bien dice la leyenda, a los egipcios de Heliópolis. Nadie me puede detender, mi destino termina en la ciudad de Dios.
Mi bello plumaje de fuego empieza a apagarse a causa de la herida que me conduce a la muerte, y su luz ya no se aprecia con tanto descaro. Pero sigo mi camino sin detenerme, solo, y con la vista clavada en la inmensidad del océano. Me sabe mal por la história que dejo atrás.. "espero que lo entiendan aquellos que me necesitan en estos momentos". Mi parcial desaparición, al ser un ave único y legendario, la catalogarán como una desgracia para el mundo.. Pero no lo es, el renacimiento es positivo y recrea los buenos momentos y la fuerza de la juventud. El Fenix debe permanecer activo todos los tiempos y no puede permitirse el lujo de morir por una herida de guerra.
Tras largas horas de vuelo, llego a Heliópolis. Todo esta listo para mi funeral.. "La vida me ha sonreído, y ahora, la muerte también lo hace". Termina mi camino en el nido donde cobré vida siglos atrás. Alzo la mirada en mi creador (Ra) y exprimo las ultimas fuerzas para poner el único huevo de mi ciclo vital.. Agotado, y con mi exitosa actuación, me dejo caer en la plataforma nidal compuesta por especias y hierbas aromáticas; hasta arder.
El fuego quema con fúria mi cuerpo y el nido donde he puesto el huevo, hasta quedar reducido en cenizas, solo cenizas. De la cual nace un nuevo Fenix, el encargado de continuar hacer crecer la leyenda hasta que pasen 12.594 años más, cuando tenga que dejar paso al nacimiento de otro joven Fenix.
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